Para clasificar la poesía barroca se pueden utilizar diferentes criterios y atender a los contenidos, a la forma o a la procedencia de los poetas.
Atendiendo a los contenidos, podemos establecer varios subgéneros o grupos temáticos:
- Poesía filosófica, moral y religiosa: en ella se halla la concepción desengañada de la vida y las vías de consuelo que suponen la ascética, el estoicismo o el horacianismo.
- Poesía amorosa: es muy abundante y en ella encontramos la pervivencia del “amor cortés” y del petrarquismo.
- Poesía satírica y burlesca: aunque están unidas, la diferencia entre una y otra podría residir en la raíz moral de la poesía satírica y la actitud inconformista de la burlesca.
- Además de las anteriores, habría otros géneros o temas como los poemas de circunstancias (elogios o elegías), las fábulas mitológicas, las poesías descriptivas (de paisajes, jardines u objetos) y composiciones sobre temas triviales, que serían un pretexto para juegos preciosistas.
Atendiendo a algunos aspectos formales, pueden tenerse en cuenta diferentes líneas:
- Poemas en versos italianos, uso del endecasílabo y sus combinaciones. En ellos podemos observar la evolución del renacimiento al barroco y también la existencia de la línea clasicista.
- Poemas en versos castellanos, con versos octosílabos y afines. Con ellos se prolonga y se transforma la línea cancioneril culta. Permiten juegos conceptistas.
- El Romancero nuevo: los romances artísticos que aparecieron por el renovado gusto por el género. Aparecen nuevos temas (moriscos, pastoriles, mitológicos o morales) y se produce un enriquecimiento estilístico por las preferencias barrocas.
- Las cancioncillas tradicionales: es la poesía popular representada por composiciones de Lope o Góngora.
Una de las clasificaciones habituales utiliza la procedencia de los poetas y así se distinguen tres grupos:
- Los poetas andaluces, que se repartirían en varias escuelas (sevillana y antequerano-granadina, por ejemplo). Entre los poetas andaluces destacan los que desarrollan una línea cultista. Podríamos citar a Góngora, Carrillo de Sotomayor, Francisco de Rioja o Soto de Rojas. Otros poetas cultivan una línea más sobria, como Francisco de Medrano, Rodrigo Caro o Andrés Fernández de Andrada.
- Los poetas aragoneses, presididos por los hermanos Argensola, se caracterizan por la sobriedad clásica y una inclinación hacia la poesía moral.
- Los poetas castellanos, especialmente madrileños, como Lope, Quevedo o Calderón. En estos poetas confluyen tendencias variadas.
Si atendemos a la edad de los poetas, se ha intentado clasificarlos por generaciones:
- Generación de Góngora y Lope, nacidos respectivamente en 1561 y 1562. En este grupo se incluyen los Argensola, Valdivieso, Medrano, Caro o Fernández de Andrada. Dominan las líneas manierista, clasicista y cierta naturalidad. Junto a ellos, Góngora representa la vanguardia.
- Generación de Quevedo, que nace en 1580. En la misma década nacen Villamediana, Rioja, Soto de Rojas y Carrillo. Son discípulos de la generación anterior.
- Generación de Calderón, nacido en 1600. Junto a él encontramos una serie de poetas menores que prolongan las tendencias anteriores.
A partir de esta última clasificación, se establecen tres etapas en la poesía barroca:
- Una primera etapa abarca los últimos veinte años del siglo XVI y la primera década del XVII. Son los años en que Góngora y Lope caminan hacia su madurez. Es la época del primer barroco o barroco temprano.
- El año de 1613 es importante. Góngora y Lope están en la cumbre artística y Quevedo ya ha adquirido una presencia importante. Es la época de la plenitud del barroco.
- En 1627 muere Góngora, Lope en 1635 y Quevedo en 1645. A partir de esa fecha entramos en la decadencia. Es el barroco tardío. Sin embargo, en México la poesía barroca dará la figura de Sor Juana Inés de la Cruz.