(Gramática de la RAE de 2010)
Los pronombres son clases de palabras definidos por propiedades morfológicas, sintácticas y semánticas. Entre otras categorías, los pronombres forman un subconjunto integrado por un número reducido de componentes y cerrado a la incorporación de nuevas unidades, así que es una de las clases gramaticales de palabras.
El pronombre por tanto es una categoría gramatical integrada por palabras variables que forman un grupo reducido y cerrado de unidades, contienen un número limitado de rasgos de significado y tienen una capacidad designativa muy amplia, tienen capacidad de referir sin necesidad de determinantes y se comportan sintácticamente como los grupos nominales.
El pronombre es una categoría cruzada porque pertenecen a ella elementos que corresponden a varias clases transversales (personales, demostrativos, cuantificadores numerales e indefinidos, relativos, interrogativos y exclamativos).
Los rasgos morfológicos de los pronombres pueden ser manifiestos (muestran variantes en su morfología, como en “yo” frente a “mí”) o encubiertos (se manifiestan a través de la concordancia).
Los rasgos manifiestos de los pronombres son los siguientes:
- Número: La oposición singular/plural afecta a todos los pronombres, salvo a las formas neutras y algunas invariables como “se” y “que”.
- Género: Algunos pronombres diferencian masculino y femenino (como nosotros/nosotras) o masculino, femenino y neutro (él/ella/ello). Otros no marcan el género (quién). Algunas formas son neutras (algo).
- Persona: como en yo/tú/él.
- Caso: Entre los tónicos se distinguen el caso recto o nominativo (yo) y el caso oblicuo o preposicional (mí). Los pronombres átonos establecen oposición entre el acusativo (me visita) y el dativo (me regala flores).
- Reflexividad: este rasgo caracteriza a algunos pronombres como exclusivamente reflexivos, ya sean tónicos (para sí) o átonos (no se cuida).