(Nueva Gramática 2010)
Estas construcciones son estructuras oracionales bimembres que tradicionalmente se denominan períodos. Estos se hallan formados por una oración principal y una subordinada. Esta última suele aparecer introducida por las conjunciones “si” (en las condicionales) y “aunque” (en las concesivas). Normalmente la subordinada aparece entre pausas y en posición inicial, por lo que se denomina prótasis. La oración principal se denomina apódosis.
Las construcciones condicionales y concesivas unen un segmento que expresa “causa” y otro que denota “efecto”, a través de un supuesto implícito compartido. A partir de una idea como “los días de fiesta no se trabaja”, pueden construirse condicionales como “Si es fiesta, María no trabaja” o concesivas como “aunque mañana es fiesta, María trabaja”.
Tanto las condicionales como las concesivas admiten la elipsis en la apódosis, que con frecuencia se reduce al sujeto y un adverbio de afirmación o negación (“Si él está de acuerdo, yo no”).
Cuando se omite la apódosis y se deja en suspenso la prótasis, las oraciones condicionales y concesivas reciben el nombre de “suspendidas”.
Los períodos condicionales son oraciones compuestas en las que la prótasis expresa un requisito que conduce a un resultado o la premisa de la que se parte para llegar a cierta conclusión.
La conjunción “si” es la más frecuente en las construcciones condicionales, aunque existen otras como “como” (con subjuntivo), “mientras” (con subjuntivo) o “cuando” (a la vez condicional y causal). También pueden ir encabezadas por locuciones conjuntivas como “siempre y cuando”, “a no ser que”, etc.
Existen otras construcciones condicionales que no contienen verbos en forma personal: grupos preposicionales (“con tu ayuda, venceremos”), esquemas con preposición +infinitivo (“de haberlo sabido, habría avisado”).
Según la relación que se establece entre prótasis y apódosis, podemos diferenciar las condicionales del enunciado (denotan una causa hipotética directamente relacionada con lo expresado en la apódosis, como en “si me llaman, voy”) y condicionales de la enunciación (el cumplimiento de la prótasis permitirá deducir el contenido de la apódosis, como en “si es mi turno, yo también estoy de acuerdo”).
Se denominan oraciones pseudocondicionales las construcciones que adoptan la forma de una condicional, pero que no aportan una hipótesis, como en “si él sabe algo de fútbol, yo soy Maradona”.
En las construcciones concesivas la prótasis sugiere una conclusión que es negada por la apódosis (“aunque es muy listo, se equivoca”).
Según la relación entre la apódosis y la prótasis, se pueden diferenciar las concesivas del enunciado (la subordinada suele ir antepuesta y denota un obstáculo que no logra impedir lo expresado por la apódosis, como en “aunque llovía, salió de paseo”) y concesivas de la enunciación (presentan una dificultad que no llega a impedir el hecho de que se enuncie la oración principal: “aunque sea tarde, el muchacho es inocente”).
Además de las introducidas por “aunque”, existen otras construcciones concesivas. La mayoría aparecen separadas por pausa y en posición inicial. El verbo tiende a ir en subjuntivo. Los adverbios “aun”, “incluso” y “ni siquiera” refuerzan el sentido concesivo.
Algunas otras oraciones que adquieren sentido concesivo en determinadas circunstancias son las condicionales y relativas temporales modificadas por “aun”, “incluso” y “ni siquiera” (“no se quita el traje de chaqueta, ni siquiera cuando hace calor”), construcciones duplicadas con verbo en subjuntivo (“esté donde esté, siempre llama a su familia”), prótasis concesivas en subjuntivo con significado hiperbólico encabezadas por “así” (“no vuelvo aquí así me maten”), la construcción “mal que+ pronombre+pesar en subjuntivo (“tendrá que aceptar, mal que le pese”), la locución “si bien”con indicativo (“si bien no es muy hábil, obtiene buenos resultados”) y “aun, incluso, ni siquiera+gerundio” (“Aun nevando, va a visitar a su tío”).
También se forman construcciones concesivas con preposiciones o locuciones prepositivas, con “con/por” con construcciones cuantificadas o ponderadas (“por mucho que corras”, “con lo inteligente que eres”), con “con/para” seguidas de infinitivo (“para ser tan joven, sabe mucho”), preposiciones reforzadas con “aun/incluso/ni siquiera” (“incluso con los amigos era muy prudente”) y “a pesar de “ con grupos nominales y oraciones subordinadas sustantivas (“a pesar de las dificultades, viven bien”).
Tienen sentido concesivo las locuciones adverbiales “con todo y con eso” y sus variantes, y las construcciones absolutas cuando están modificadas por los adverbios “aun”, “incluso” y “ni siquiera” (“incluso lejos, esos bosques constituyen una amenaza”).