Ninfa del Peloponeso que despertó un violento deseo en Alfeo, dios del río del mismo nombre. Aretusa intentó escapar de él sumergiéndose en el mar, pero Alfeo la persiguió sobre las olas hasta Sicilia, donde Artemisa la metarfoseó en fuente.
Se la representó en monedas a principios del siglo V a. C. rodeada de delfines.
Hoy día en Siracusa, los turistas visitan la fuente Aretusa, un estanque donde crecen papiros bañados por el agua de una fuente caudalosa. En la fuente, a los pies de Diana, se representa a Aretusa en el momento en que la diosa la transforma para rescatarla del insistente Alfeo.
El mito de Aretusa sirvió para explicar un hecho constatable, porque el río Alfeo desaparece bajo tierra antes de volver a aparecer para unirse con el mar.
Ovidio recoge el mito de esta ninfa en el Libro V de las Metamorfosis. Ceres pregunta a Aretusa por qué huye y cuenta que el río Alfeo la persigue. La diosa Diana la ayuda y es transportada a Ortigia.
En sus Fábulas Cayo Julio Higino recoge la historia de Aretusa como hija de Nereo y madre de Abante.
Basada en la obra de Ovidio, en 1701 se presentó la ópera-ballet Aretusa o la venganza del amor, con música de André Campa y libreto de Antoine Dauchet. Tiene un prólogo y tres actos dedicados al Infierno, al Mar y a la Tierra.
José Antonio Porcel y Salablanca escribió la Fábula de Alfeo y Aretusa en el siglo XVIII, alrededor de 1750. El poema sigue el libro V de las Metamorfosis y consta de veintiuna octavas. Se considera la mejor obra de Porcel. Alfeo escucha el sonido del agua cuando Aretusa se baña y se enamora al instante (“yo te vi, yo te amé”), pero la ninfa, más velos que el viento, huye hasta conmover a Diana con su llanto, que la transforma: “Desató el viento, en fin, la niebla fría, / dejando en descubierto al triste Alfeo,/ fuente ya, a aquella por quien su porfía / torpes delicias prometió al deseo./ Vuelve a sus aguas, nunca a su alegría; / aunque, por corto de su dicha empleo, / le conceden que junte en su corriente / de su amada Aretusa con la fuente.”
El compositor y pianista polaco Karol Szymanowski fue autor de Mythes, Op. 30, de 1915. Está compuesto por tres piezas para violín y piano: La fuente de Aretusa, Narciso y Dryades y Pan.