Molière dedicó su vida al teatro. A los 21 años se incorporó a una troupe de cómicos de la legua y recorrió Francia durante doce años. Se instaló en París y se presentó ante el rey. A Luis XIV le encantó Las preciosas ridículas y desde entonces le otorgó al dramaturgo su apoyo y su amistad.
Pero la vida privada de Molière fue un fracaso. Se casó con Armande Béjart, que tenía tan solo 19 años y que era hija de su amante Madeleine. Este hecho provocó numerosos ataques, ya que el autor fue acusado de relaciones incestuosas. Además, las infidelidades de ella generaron burlas sangrientas en los ambientes teatrales.
Se achacó a Molière haber caricaturizado excesivamente a las mujeres a través de obras como Las preciosas ridículas, Las sabihondas o La escuela de mujeres, donde en efecto el dramaturgo no parece mostrarse favorable a que mejorara la instrucción femenina. La mujer se nos presenta como un ser que, guiado por su instinto natural, tiene como único destino el hombre. Y el hombre se presentará desde una perspectiva material (en La Escuela de mujeres llega a presentarse de forma vulgar, diciendo que la mujer “es la sopa del hombre”).
La escuela de mujeres es una comedia en verso dividida en cinco actos. Se estrenó en el Palais-Royal el 26 de diciembre de 1662. Los protagonistas son Arnolfo y Agnes (Inés en la versión española). Él es un viejo solterón que ha concebido la idea de forjarse una esposa a su gusto: una mujer que, desde la ignorancia, no lo convierta en cornudo. Cría a una muchacha, pupila suya, en la más completa ignorancia de todas las cosas, para que un día sea una esposa honesta e invulnerable a la curiosidad. Agnes es la perfecta ingenua, que lo ignora todo por la absurda educación que le ha sido dada por Arnolfo. Pero la naturaleza, a través del amor del joven Horacio, revela a la muchacha la verdad. Echa en cara a su tutor su incapacidad para inspirarle amor y este descubre que la ama de veras y sufre haberla perdido como justo castigo a su celoso proceder.
Con Agnes, Molière nos presenta una personalidad femenina con valores como la intuición, el sentido común y la valentía. Es una joven ignorante al no haber recibido educación alguna, pero no es tonta. Con Arnolfo, el autor introduce por primera vez en sus comedias el problema de conciencia y la aceptación de la renuncia. Es un personaje trágico y cómico a la vez, que muestra a través de su egoísmo que el amor no puede ser esclavitud.
La obra obtuvo un gran éxito, pero también hizo que se considerara a Molière un libertino. Algunos temieron la influencia del autor en el rey y declararon La escuela de mujeres obscena e irreligiosa. De ese escándalo surgirán diferentes obras a partir de 1663 que servirán de réplica a la de Molière.
El autor Donneau de Visé comentó en un artículo el estreno de La escuela de mujeres. Como no podía decir que la obra no había tenido éxito, señaló que el triunfo de la misma se había debido a los actores. Por otra parte, señalaba las indecencias que poblaban el texto y destacaba el mal planteamiento de la intriga. Y, finalmente, anunciaba el estreno en el Hotel de Bourgogne de una obra que haría referencia a La escuela de mujeres de Molière.
Molière decidió atacar y en junio de 1663 escribió y estrenó una obra breve titulada Crítica de la escuela de mujeres, en la que se representaba en clave cómica a los críticos con la obra y el autor. En el personaje de Lysidas se vieron retratados tanto de Visé como Edme Boursault, otro de los adversarios del dramaturgo.
De Visé contraatacó con una obra de título complicado, Zélinde o la verdadera crítica de La escuela de las mujeres, o Crítica de la crítica. En ella aparecía el personaje de Elorime (anagrama de Molière). Aunque la obra no fue representada, de Visé la imprimió y repartió copias por París.
Pero hubo otra réplica que sí llegó a los escenarios. Fue la comedia El retrato del pintor, o la Crítica de la Escuela de las Mujeres de Edme Boursault. En ella se retrataba a Molière como un personaje “dudoso” y se mencionaba que las Máximas sobre el matrimonio que Arnolfo escribía para que las leyera Agnes eran una parodia de los diez mandamientos (al parecer, Molière las había recogido de las obras de los Santos Padres de la Iglesia).
Como respuesta, el 14 de octubre de 1663, Molière respondió con el Impromptu de Versalles. Se representaba el ensayo de una obra para el rey, así que los actores del Palais Royal hacían de sí mismos. Pero ese ensayo era una excusa para atacar a los actores del Hotel de Bourgogne, al tiempo que señalaba la necesidad de que siempre hubiera un marqués ridículo como personaje y se llamaba a Boursault “escritorzuelo”. Esta obra enfureció aún más a los adversarios del autor, quienes atacaron entonces de golpe. De Villiers escribió La venganza de los Marqueses, en la que se ridiculizaba a Molière como un autor chabacano que robaba ideas de otros autores. Antoine Montfleury, hijo del actor Zacharie Montfleury, compuso el Impromptu de la Corte de Condé en el que se criticaba a Molière por su mala interpretación del personaje de César.
Por último, Philippe de la Croix escribió La guerra cómica, o Defensa de la Escuela de las mujeres, en la que señalaba cómo autores y actores se mordían el cuello “como perros rabiosos”, pero en la que reconocía la obra de Molière como una buena obra.
Por otra parte, debemos recordar que La Escuela de Mujeres se inserta en la polémica conocida como “la querella de las mujeres”, un movimiento intelectual reivindicativo que surgió en la Edad Media y que debatía acerca del derecho a la educación de las mujeres y la lucha contra la idea de la inferioridad femenina. Este movimiento defendía que las mujeres eran tan valiosas como los hombres. Entre las autoras que se incluyen en este movimiento encontramos a Madame de Lambert (1647-1733), que se quejaba de que en su tiempo el acceso a la educación estaba reservado a unas pocas privilegiadas de clase alta, que debían luchar contra los prejuicios. Además, aludía a la nefasta influencia en la sociedad de obras como Las mujeres sabias de Molière (“si en los hombres se acepta el amor a las letras, este no se perdona a las mujeres”).
La influencia de Molière y de su comedia La Escuela de las Mujeres llega hasta el siglo XX, donde encontramos el análisis del amor egoísta que Arnolfo siente por Agnes que realiza Simone Weil en A la espera de Dios. Se trata de una recopilación de cartas y ensayos escritos en 1942.
De esta obra se han hecho varias adaptaciones cinematográficas, entre las que destacan dos versiones, de 1940 y 1973, ambas de nacionalidad francesa.
El director alemán Max Ophüls (o Max Oppenheimer) se exilió a Francia tras el incendio del Reichstag. Se encontraba rodando la versión de La escuela de mujeres cuando el país fue invadido por Alemania, en 1940. En esta versión aparecía el actor y escenógrafo Louis Jouvet, conocido como un “gran intérprete” de Molière. La actriz belga Madeleine Ozeray, esposa de Jouvet, hacía el papel de Agnes.
Este mismo rol, el de Agnes, fue el que dio a conocer a la actriz francesa Isabelle Adjani, que protagonizó una película para televisión de La escuela de mujeres en 1973, dirigida por Raymond Rouleau. Esta versión tuvo un gran éxito. El reparto lo completaban los actores Bernard Blier, como Arnolfo, y Gérard Lartigau.