Gómez Manrique fue dramaturgo y poeta. Por su amplia vida (1412-1490) se convirtió en el continuador de las nuevas corrientes poéticas que habían introducido Santillana y Mena. En el prólogo de su cancionero Gómez Manrique expuso sus ideas literarias y defendió el ideal forjado por su tío, el Marqués de Santillana, del perfecto caballero letrado (“las letras no embotan la lanza”). Aunque confiesa que nunca estudió la ciencia ni el arte de la poesía, su prolífica obra demuestra su facilidad para versificar.
Compuso obras de amores, algunas de ellas dedicadas a su esposa Juana de Mendoza, como las “estrenae” o felicitaciones. A ella va dirigida una Consolatoria por la muerte de sus dos hijos, cuyo prólogo es revelador de la humanidad del poeta, que llega a suponer que son sus pecados la causa de ese terrible golpe.
A imitación de Santillana compuso en 1455 la Defunción del noble caballero Garci Laso de la Vega, en coplas de arte mayor y en 1458 el Planto de las Virtudes e Poesía por la muerte del Marqués de Santillana, que influirá en las Coplas de Jorge Manrique.
Entre el resto de su producción sobresale la Exclamación o querella de la gobernación, una sátira contra los malos gobernantes en el que usa el tópico literario del mundo al revés, y la Consolación a su hermana doña Juana, poema de arte mayor cuya glosa en prosa muestra la cultura del autor.
En 1496 el músico salmantino Juan del Encina (1469-1530) publica un cancionero con sus obras. En él recoge un breve Arte de la poesía castellana, en prosa, que resulta interesante por el estudio de la versificación, varias piezas teatrales y una colección extensa de poemas. Figuran entre ellos poesías dedicadas a la Virgen, paráfrasis de salmos y oraciones, traducciones de himnos, un poema alegórico en arte mayor (el Triunfo de la Fama), dedicado a cantar la toma de Granada, poesías amorosas en la tradición cortesana, varios poemas burlescos y de ingenio, villancicos, romances amorosos y una traducción de las Bucólicas virgilianas en estilo bajo, de acuerdo con la tradición estilística medieval, usando el sayagués y adaptando los temas a situaciones contemporáneas.
En el cancionero del poeta aragonés Pedro M. Ximénez de Urrea (1486-1530) destacan sus canciones y villancicos, llenos de humanidad.