(Nueva Gramática de Academias de la lengua, 2010)
La oración es una construcción formada normalmente por la unión de sujeto y predicado. Ambas funciones se definen por rasgos formales como la concordancia.
Las categorías que desempeñan la función de sujeto son las siguientes:
- Grupos nominales simples o complejos. Se asimilan a este paradigma los pronombres y sus grupos sintácticos. También se consideran grupos nominales las relativas libres (como “Quien bien te quiere te hará llorar”) y semilibres (“Ganará el que llegue primero”).
- Subordinadas sustantivas (“Me gusta cómo habla”).
En posición anterior al verbo, el sujeto es una expresión referencial (un nombre propio, un pronombre o un nombre común determinado, como “los niños”).
En la posposición del sujeto, se pueden distinguir dos casos:
- En las oraciones activas, los verbos inacusativos o semideponentes (verbos intransitivos que expresan presencia, aparición o acaecimiento de algo, como “caer” o “morir”) admiten grupos nominales sin determinante en función de sujeto (“Llegaban turistas todos los días”). Con los demás verbos suele requerirse algún determinante en el grupo nominal con función de sujeto (“Lo llamó el ministro”).
- Las oraciones pasivas admiten generalmente como sujeto grupos nominales sin determinante (“Se han observado deficiencias en la programación”).
En español puede haber sujetos expresos o tácitos (que se representan como Ø). Estos pueden recuperarse a partir del texto precedente.
El sujeto y el núcleo del predicado concuerdan en número y persona.
Las personas gramaticales, que son las que intervienen en la concordancia, no siempre coinciden con las personas del discurso, sino que a veces se producen asimetrías entre unas y otras. Al pronombre personal “usted” y a los grupos nominales que expresan cortesía (como “su señoría”) les corresponde la segunda persona del discurso, pero la tercera de las personas gramaticales (como “usted tiene suerte”). También se emplea la tercera persona cuando el que habla se refiere a sí mismo con expresiones como “un servidor”.
Si se coordinan un pronombre de primera persona y uno de segunda o tercera en función de sujeto, el verbo aparece en primera persona (“haremos”). Si se coordinan un pronombre de segunda persona y uno de tercera, el verbo aparece en segunda persona en las zonas donde se usa “vosotros” (“haréis”) y en tercera si se usa ustedes (“harán”).
Cuando el sujeto es un grupo en plural que designa personas (“los docentes”) y el hablante se siente incluido en esa clase, el verbo aparece en primera persona del plural (“los ladrones somos gente honrada”). Si el hablante considera integrado en ese grupo al destinatario, el verbo aparecerá en segunda persona del plural (“los murcianos son gente trabajadora”). Cuando ni hablante ni oyente están incluidos, la concordancia se realiza en tercera persona del plural (“los andaluces son gente alegre”).
Los grupos nominales coordinados que desempeñan la función de sujeto concuerdan con el verbo en plural (“Pedro y los niños fueron de excursión”). Como excepciones podemos encontrar las siguientes:
- Pueden concordar en singular cuando el hablante entiende que las dos expresiones forman una sola construcción compleja, compartiendo artículo o con determinantes diferentes (“Les encanta el sol y la playa”). Si los grupos nominales van pospuestos son frecuentes las dos opciones.
- Los grupos nominales coordinados con la conjunción “ni” admiten en posición posverbal la concordancia en singular (“No llegó la fruta ni la verdura”), pero si uno de los elementos está en primera o segunda persona e exige el plural (“No queremos ni ella ni yo”).
- En la coordinación de género neutro predomina el singular, como en “me gusta lo uno y lo otro”, aunque hay usos en plural con predicados que se atribuyen a grupos.
- Las subordinadas sustantivas coordinadas con función de sujeto concuerdan con el verbo en singular (“Me gusta viajar y conocer otras culturas”).
Las construcciones partitivas seleccionan una parte de un conjunto mayor. Están formadas por dos grupos nominales unidos por la preposición “de” (“la mitad del planeta”). Cuando una construcción partitiva funciona como sujeto, el verbo puede concordar en singular (con el núcleo) o en plural (con el complemento).
Las construcciones pseudopartitivas se diferencian de las partitivas en aspectos formales y de significado (el primer elemento aporta una cuantificación y el segundo carece de determinantes, como en “un montón de periodistas”). Cuando el primer grupo no es definido, el verbo puede concordar en singular (con el primer nombre) o en plural (con el segundo). Si el primer grupo es definido, ya no es cuantificador e impone su concordancia al verbo (“Este grupo de manifestantes recorrió las calles”).
El sujeto de las oraciones copulativas concuerda con el verbo en número y persona y con el atributo en género y número.
El plural de los sustantivos en función de atributo se imponen en el verbo copulativo a los del sujeto neutro (como en “todo eran habladurías”). Hay alternancia cuando el sujeto es un grupo nominal no neutro (como en “Su ilusión era/eran unas vacaciones en el Caribe”).
El verbo aparece en plural y en tercera persona en las relativas semilibres introducidas por la preposición “de” que se incluyen en oraciones copulativas (“Tú eres de los que creen en esas cosas”). En ocasiones el verbo aparece en tercera persona del singular (“Tú eres (uno) de los que cree en esas cosas”).