La fecha inicial del romanticismo teatral español se sitúa en 1834-35.
Entre 1823 y 1836, Juan Grimald había intentado mejorar el estado material de los teatros, el montaje de las obras y la educación de los actores. Fue el primer empresario teatral en España. Dio oportunidad de estrenar a Martínez de la Rosa La conjuración de Venecia en 1834.
En el mismo año, 1834, se produce también el estreno de Macías, de Mariano José de Larra.
Hay que destacar las ideas escénicas de Larra. En la década de 1830 hay dos quejas frecuentes en el autor: la falta de profesionalidad de la mayoría de los actores y el desorden general en los estrenos. Ambos problemas se ven reflejados en artículos como Quiero ser cómico (irónico) y Una primera representación. También aparecen problemas relacionados con el teatro en Reflexiones acerca del modo de hacer resucitar el teatro español. Larra va analizando problemas del teatro de su época y sus soluciones: el daño que produce la invasión de traducciones, censura lo innato y grotesco en que caen los actores para buscar el aplauso fácil, la selección por parte de los empresarios de lo que llamamos obras “taquilleras” y, finalmente, se queja de la inhabilidad y poca destreza de los actores.
Entre 1830 y 1840 el teatro español tiene una etapa de florecimiento. Hay tres años definitivos para que se produzca. En 1835 se produce el estreno de Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas. En 1836 se estrena El trovador, de Antonio García Gutiérrez. En 1837 llega a la escena Los amantes de Teruel, de Hartzenbusch.
Por otra parte, Larra lamentó la situación miserable del dramaturgo en el romanticismo en artículos como ¿Qué cosa es por acá el autor de una comedia? o ¿Quién es por acá el autor de una comedia?
Respecto a los actores, podemos destacar la fecha de 1830 en que se produce la creación del Real Conservatorio de María Cristina, escuela de música y arte declamatorio. La andadura de este conservatorio comienza en 1831.
Carlos Latorre dará clases de declamación.
En 1835 Andrés Prieto publica la Teoría del arte cómico y elementos de oratoria y declamación para la enseñanza de los alumnos del Real Conservatorio de María Cristina.
En 1848 aparece la obra de Ramón de Valladares Nociones acerca de la historia del teatro, desde su nacimiento hasta nuestros días. En ella el autor describe los vicios que han de evitar los actores, como la mala pronunciación, las distracciones del actor, la imitación servil de los actores más famosos o la monotonía por la reiteración del mismo papel.
De 1858 es la obra de Julián Romea Ideas generales sobre el arte del teatro. Romea enumera las principales dotes del actor. La primera es la sensibilidad exquisita y el instinto de observación. La segunda es la educación esmerada y el buen gusto. En tercer lugar, el actor debe tener conocimiento de la lengua. Por último, debe recibir instrucción de la historia, la literatura, la gramática y otras ciencias.
Los actores principales serán Isidoro Máiquez (1768-1820), Carlos Latorre (1799-1851), que fue el primer Tenorio, y Julián Romea (1813-1868).
Entre las actrices encontramos las figuras de Concepción Rodríguez, mujer de Grimaldi y discípula de Carlos Latorre, y Matilde Díez, esposa de Julián Romea.
Respecto a los lugares de representación, en 1834 se produjo la inauguración del Teatro del Circo. Existían además los teatros de Caños del Peral, del Príncipe y de la Cruz.
La planta se distribuía en la Platea, con dos partes: la fila de asientos y el patio. En los laterales de la platea había gradas y distintos palcos (había tres órdenes en estos: bajos, principales, en el central el palco real, y los terceros). Frente al escenario se situaba la cazuela, aunque esta se abolió en 1843.
En la segunda mitad del siglo XIX aparecieron en el teatro las lámparas de gas.
Entre 1834 y 1850 se crearon en Madrid doce teatros. Pero en 1850 en Madrid había solamente siete.
Por otra parte, en el romanticismo se crea la figura del escenógrafo y también se produce durante esta época una estrecha relación entre el alma y el paisaje. Esto permite una huida hacia lo lejano temporal y hacia lo lejano espacial. Además, se produce el afán por la nacionalidad.
Una de las obras más importantes de esta época es Don Juan Tenorio, de José Zorrilla. Está dividida en dos partes de cuatro actos cada una. En los actos de la segunda parte la acción es una continua manifestación de fenómenos sobrenaturales. El acto primero se sitúa en el panteón de la familia Tenorio, con una decoración no horrible; el acto segundo se ambienta en el aposento de don Juan y en el acto tercero se vuelve a situar la acción en un panteón.
Podemos destacar también que una obra de 1842, El desengaño es un sueño, del Duque de Rivas no se representó hasta 1875.
En lo que se refiere al público y a las circunstancias de la representación podemos recordar que en 1820 Fernando VII dictó un bando en donde se prohibía cualquier forma de enmascaramiento de los espectadores, arrojar al escenario objetos, o que el espectador hiciera gestos al actor y que tratara de hablar con él.
El orden de la representación era, en primer lugar, una sinfonía a modo de obertura, y después el texto dramático, una danza, un juguete cómico y el baile nacional de tipo folclórico. Para todos los entreactos se utilizaba música.
El teatro romántico también se desarrolló en diversos países europeos.
En Francia, el año de 1830 es la fecha del Romanticismo, con el estreno de Hernani, de Víctor Hugo.
En 1827, el mismo autor había escrito Cromwell. El prólogo constituye el manifiesto estético del romanticismo francés. Los principios básicos del nuevo teatro romántico eran los siguientes: la mezcla de lo trágico y lo cómico, la regla era sentir la pasión, se rechazaban las unidades de tiempo y lugar, se aceptaba la unidad de acción y se utilizaba el verso polimétrico.
La principal figura del romanticismo alemán fue Goethe (1749-1832). Su ideario aparece en el ensayo Los años de aprendizaje de Guillermo Meister.
Las ideas que presenta Goethe sobre el actor implican en primer lugar un arte. Hay una función educadora. El actor debe entregarse totalmente a su profesión. Debe existir una férrea disciplina, cuyo responsable es el director de escena. La formación del actor debe implicar la reducción de espíritu y cuerpo del actor para poder interpretar cualquier papel. El actor debe estar al servicio del poeta. Viajar a Italia implica mayor plasticidad en el actor.
Las principales innovaciones del romanticismo son la aparición del escenario de medio cajón (bastidores), el decorado y el vestuario históricamente precisos y la luz de gas (que apareció primero en los teatros de Londres en 1817), que tenía dos ventajas: era fácilmente transportable y podía controlarse la entrada de gas.