Con solo 24 años, Carmen Laforet gana la primera convocatoria (1945) del Premio Nadal con su novela Nada.
En 1947 Manuel Andujar publica en su exilio mexicano Llanura, primer título de la trilogía sobre la guerra civil titulada genéricamente Vísperas, que se completa con El vencido (1949) y El hijo de Lázaro (1959).
Miguel Delibes gana el Premio Nadal en 1948 con su primera novela, La sombra del ciprés es alargada. Después vendrían obras como El camino (1950), sobre el medio rural, La hoja roja (1959), incursión en el mundo de la vejez, y la tremendista Las ratas (1962).
En 1966 publica Cinco horas con Mario, monólogo de una mujer ante el féretro de su marido muerto, de la que en 1979 se realizó una exitosa adaptación teatral.
En 1973 publica El príncipe destronado, acercamiento al mundo infantil.
Los santos inocentes (1981) es una demoledora visión de la explotación de los más débiles en el sistema casi feudal del mundo rural del franquismo.
En septiembre de 1998 publica la que anuncia que será su última novela, El hereje, historia de un protestante perseguido por la Inquisición.
En 1948 Camilo José Cela publica Viaje a la Alcarria, primero de sus libros de viajes.
En 1951 publica La colmena, novela coral sobre el Madrid de la posguerra. El libro se publica en Buenos Aires, con algunos cortes de censura, ante la imposibilidad de editarlo en España. La versión íntegra no aparecerá hasta 1966.
En 1973 publica Oficio de tinieblas 5, de la que dice “esto no es una novela, sino una purga de mi corazón”.
Arturo Barea, exiliado en Londres, publica en castellano La forja de un rebelde (1951), trilogía novelística compuesta por La forja, La ruta y La llama, en la que reconstruye la historia de España entre finales del siglo XIX y la guerra civil. La obra había aparecido en inglés en 1941 y 1944.
Ramón J. Sender, exiliado en Estados Unidos, publica en 1953 la primera versión de su novela sobre la guerra civil Réquiem por un campesino español, con el título de Mosén Millán. La versión definitiva aparecerá en 1960.
En 1969 obtuvo el Premio Planeta con la novela En la vida de Ignacio Morel.
Jesús Fernández Santos debuta en 1954 con la novela Los Bravos.
En 1971 obtuvo el Premio Nadal con la novela Libro de la memoria de las cosas. En 1979 obtiene el Premio Nacional de Literatura por su novela Extramuros.
En 1954 Ignacio Aldecoa debuta con la novela El fulgor y la sangre, sobre los enfrentamientos entre la guardia civil y los gitanos.
Rafael Sánchez Ferlosio obtiene el Premio Nadal en 1955 con su novela El Jarama.
Carmen Martín Gaite obtiene el Premio Nadal de 1958 con su novela Entre visillos, en la que narraba el desencanto de una chica con inquietudes intelectuales ante la anodina vida provinciana.
En 1992 publica Nubosidad variable, que narra el reencuentro de dos amigas de la infancia.
Su última novela publicada fue Irse de casa (1998).
Francisco Ayala publica en el exilio, en 1958, Muertes de perro, novela en tono esperpéntico sobre una dictadura latinoamericana.
En 1971 publica en el exilio El jardín de las delicias, novela por la que obtuvo el Premio de la Crítica en 1972.
En 1959 Juan García Hortelano debuta como novelista con Nuevas amistades.
En 1961 gana el premio Formentor con la novela Tormenta de verano.
Luis Goytisolo gana con la novela de su debut Las afueras el Premio Biblioteca Breve convocado por la editorial Seix Barral en 1959.
En 1973 publica la novela Recuento, primer volumen de la tetralogía Antagonía, que completan Los verdes de mayo hasta el mar (1976), La cólera de Aquiles (1979) y Teoría del conocimiento (1981).
Ana María Matute obtiene el Premio Nadal en 1960 con la novela Primera memoria.
En 1996, tras largos años de silencio, regresa a la novela con Olvidado rey Gudú.
En 1961 Max Aub publica La calle de Valverde, que describe el ambiente madrileño en la dictadura de Primo de Rivera.
Luis Martín Santos publica en 1962 Tiempo de silencio, novela sobre la miseria material y moral del Madrid de la posguerra.
Juan Marsé publica en 1966 Últimas tardes con Teresa, novela en la que retrata a la juventud barcelonesa en una historia en la que chocan el mundo de los estudiantes universitarios y el universo marginal de los barrios pobres.
En 1973 publica su obra más importante, Si te dicen que caí, recreación de la miseria material y moral de la posguerra en un barrio barcelonés a través de la mirada de un grupo de niños.
En El amante bilingüe (1984) aborda los problemas de convivencia entre catalanes y emigrados.
En 2000 regresa a su universo de posguerra e infancia en el barrio de Guinardó con su novela Rabos de lagartija, tras siete años sin publicar.
En 1966 Juan Goytisolo publica Señas de identidad, novela en la que, mezclando lo autobiográfico con lo experimental, relata su progresivo distanciamiento de España y la miseria cotidiana de la dictadura.
En 1970 publica la novela Reivindicación del conde don Julián, con la que inicia una etapa abiertamente experimental.
Juan Benet publica en 1967 su primera novela, Volverás a Región, en la que crea un espacio mítico, Región, al estilo de la Yoknapattawpha de William Faulkner, que irá reapareciendo en sus libros posteriores.
En 1968 José María de Guelbenzu debuta como novelista con El mercurio.
Javier Marías debutó con Los dominios del lobo (1971). Encontró su particular voz literaria con El hombre sentimental (1986), protagonizada por un cantante de ópera y con al que obtuvo el Premio Herralde de novela.
Todas las almas (1989) es una historia de amor ambientada en Oxford.
Publica Corazón tan blanco (1992), que se convirtió en un éxito internacional, y Mañana en la batalla piensa en mí (1994).
Con Negra espalda del tiempo (1998) da un giro sorprendente al abordar un libro entre las memorias, el ensayo y la narración en el que rememora una serie de singulares acontecimientos relacionados con su novela Todas las almas.
Manuel Vázquez Montalbán publica en 1972 Yo maté a Kennedy, primera novela protagonizada por el detective privado Pepe Carvalho, un gallego afincado en Barcelona, amante de una prostituta llamada Charo, aficionado a quemar libros en su chimenea, y consumado gourmet. Sus novelas pueden leerse como una crónica de la España de los últimos años. El personaje protagoniza una larga lista de novelas entre las que destacan Tatuaje, Los mares del sur, Asesinato en el comité central, La rosa de Alejandría. El balneario, El premio o Quinteto en Buenos Aires.
En 1985 publica la novela El pianista.
Gonzalo Torrente Ballester publica en 1972 la novela experimental La saga/fuga de J.B., en la que no renuncia a su habitual imaginación e ironía.
En 1974 el valenciano Juan Gil-Albert publica el libro autobiográfico de prosas Crónica General. En el mismo año publica la novela Valentín (homenaje a Shakespeare), en la que narra una pasión homosexual ambientada en la Inglaterra de Isabel I.
Eduardo Mendoza debuta en 1975 con la sorprendente novela La verdad sobre el caso Savolta, en la que entremezclando varias técnicas narrativas recrea la Barcelona revolucionaria de finales de la década de 1910.
A esta le siguen dos hilarantes novelas policíacas de menor envergadura, pero rebosantes de ingenio: El misterio de la cripta embrujada (1978) y El laberinto de las aceitunas (1982).
En 1986 publica La ciudad de los prodigios, novela sobre la Barcelona del cambio de siglo.
En 1997 publica Una comedia ligera, ambientada en la Barcelona d ela posguerra y protagonizada por un autor de vodeviles.
La aventura del tocador de señoras se publica a final del siglo XX y es la tercera novela de la serie del detective anónimo.
En la obra literaria de Francisco Umbral conviven la novela, la crónica periodística, las memorias y el ensayo. En 1975 publica Mortal y rosa, novela lírica sobre la muerte de su hijo, y obtiene el Premio Nadal con Las ninfas, en la que aborda su adolescencia en Valladolid.
Rememora su llegada a Madrid como promesa literaria en La noche que llegué al café Gijón (1977) y la Trilogía de Madrid (1984).
Aborda la memoria colectiva del franquismo en Leyenda del césar visionario (1991).
El editor y poeta barcelonés Carlos Barral publica en 1975 Años de penitencia, el primero de los tres volúmenes de sus memorias. En los dos primeros se vislumbran elementos novelísticos, aunque su primera novela propiamente dicha, Penúltimos castigos, aparece en 1983. Sus memorias se completan con Los años sin excusa (1977) y Cuando las horas veloces (1988). El primer tomo se centra en su infancia y juventud.
Jorge Semprún obtiene el Premio Planeta en 1977 con su novela Autobiografía de Federico Sánchez, en la que ajusta las cuentas con el Partido Comunista español, del que fue militante clandestino.
En 1977 Juan José Millás publica su segunda novela, Visión del ahogado, que lo consagra como uno de los escritores jóvenes con más proyección.
En 1990 obtiene el Premio Nadal con La soledad era esto.
En 1979 Javier Tomeo publica El castillo de la carta cifrada.
En 1983 Julián Ríos publica su novela experimental de inspiración joyceana Larva, recibida con división de opiniones por la crítica.
Álvaro Pombo obtiene en 1984 el primer Premio Herralde de novela con El héroe de las mansardas de Mansard.
José María Merino obtiene el Premio de la Crítica en 1985 con la novela La orilla oscura.
Antonio Muñoz Molina debuta como novelista en 1986 con Beatus Ille, en la que inventa una mítica figura del 27 que vive recluida en un pueblo perdido.
Después llegaron Un invierno en Lisboa (de 1987, con ella obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1988) y Beltenebros (1989), dos novelas con elementos policíacos, ambientadas en Lisboa y Madrid, respectivamente. Y a continuación El jinete polaco (1991), que narra la historia de un traductor que recorre el mundo sintiéndose extranjero en todas partes, y que fue galardonado con el Premio Planeta y el Nacional de Literatura. Ardor guerrero es de 1995, y es una crónica de su servicio militar. En Plenilunio (1997) aborda el mal y el horror a través de un inspector de policía que investiga un monstruoso crimen sexual del que ha sido víctima una niña. En 1999 publicó la novela corta Carlota Fainberg.
En 1996 Muños Molina ingresa en la Real Academia con un discurso sobre Max Aub y se convierte en el miembro más joven de la institución.
En 1986 Félix de Azúa retrata en clave y con altas dosis de mordacidad el mundillo literario barcelonés en Historia de un idiota contada por él mismo.
Soledad Puértolas debuta en 1986 con la novela Burdeos.
En 1987 Luis Mateo Díez obtiene el Premio Nacional de Literatura y de la Crítica con La fuente de la edad, en la que retoma el mítico tema de la búsqueda de la fuente de la juventud.
Con 42 años, en 1989, Luis Landero debuta con la novela Juegos de la edad tardía, historia de perdedores que recibe una buena acogida de público y crítica.
En 1990 Arturo Pérez Reverte publica La tabla de Flandes, su primer gran éxito de público.
Andrés Trapiello publica en 1990 El gato encerrado, primer volumen de sus diarios.
Terenci Moix publica en 1990 El peso de la paja, primer volumen de sus memorias, en el que repasa su infancia.
Miguel Sánchez Ostiz levanta cierto revuelo con su novela Las pirañas (1992), en la que retrata en clave y sin piedad a ciertos personajes del mundillo literario.
Ray Loriga debuta en 1992 con Lo peor de todo, una novela con aire de manifiesto generacional.
Gustavo Martín Garzo obtiene el aplauso unánime de la crítica con su novela El lenguaje de las fuentes (1993), en la que recrea la historia del José bíblico.
Almudena Grandes obtiene un gran éxito en 1994 con su tercera novela, Malena es un nombre de tango.
En 1997, con solo 27 años de edad, Juan Manuel de Prada, que había debutado con un libro de poemas titulado Coños, gana el Premio Planeta con su novela La tempestad.
En 1998 el poeta y narrador Felipe Benítez Reyes publica la novela El novio del mundo.
El crítico Rafael Conte publica en 1998 sus memorias, El pasado imperfecto.
En 1999 Nuria Amat publica la novela El país del alma, sobre la Barcelona de la posguerra.