El sintagma nominal (SN) y el sintagma verbal (SV) son los dos componentes fundamentales de la oración. El primero realiza la función de sujeto y el verbal, la del predicado.
El sintagma nominal está compuesto por un núcleo, determinantes y adyacentes. El sintagma verbal se compone de un núcleo (verbo) y complementos.
De acuerdo con las definiciones generales del verbo podríamos decir que este es la categoría que significa estado, proceso o acción, que se caracteriza formalmente por los morfemas de número, persona, tiempo y modo y actúa como núcleo del predicado.
El verbo está constituido por un lexema y unos morfemas. El lexema es el núcleo significativo del verbo. Todas las formas que tienen el lexema común constituyen un paradigma verbal.
Los verbos regulares mantienen invariable su base léxica en todo el paradigma, mientras que los verbos irregulares presentan una variación en su lexema.
Las irregularidades del lexema pueden ser de tres tipos: vocálicas (se produce el cambio de una vocal o la formación de un diptongo), consonánticas (se produce el cambio o la aparición de una consonante) y mixtas (se produce irregularidad vocálica y consonántica a la vez).
Los morfemas verbales inciden sobre el lexema y añaden una significación de carácter gramatical.
El verbo no admite el morfema de género (salvo en las formas no personales y debido a la concordancia), sí los de número, persona, tiempo y modo. A través de estos morfemas, el verbo puede expresar las distintas categorías verbales: modo, tiempo, número, persona, voz y aspecto.
Categorías gramaticales del sistema verbal español
Las primeras de estas categorías son las de persona y número. Podemos distinguir formas que se refieren a los interlocutores de la comunicación frente a formas que no hacen esta referencia.
La primera persona es el hablante, la segunda el oyente y la tercera el universo del discurso.
Hay formas que no presentan la característica de persona (son las formas no flexivas). Se asimilan al sistema morfemático de otras categorías gramaticales: el infinitivo al sustantivo, el participio al adjetivo y el gerundio al adverbio.
Los morfemas de persona se entrecruzan con los de número (las personas, en razón de la concordancia, se emplean en singular y plural).
La categoría de modo, por otra parte, se refiere a la manera de considerar la acción verbal. Habría dos formas, la real y la irreal.
Desde este punto de vista diríamos que hay dos modos en español: indicativo (no irrealidad de la acción, objetivo) y subjuntivo (irrealidad y subjetivo).
El uso del subjuntivo se da en dos tipos de construcciones:
- Aparece en oraciones independientes, que expresan ruego, mandato, prohibición, deseo, posibilidad.
- Oraciones dependientes de un verbo principal, que indica duda, posibilidad, etc.
Alarcos señalaba que el modo es una categoría de morfemas que presentan dirección heteronexual. La presencia de estos morfemas depende de una noción expresada en otro nexo (frase) al que determina.
Con respecto al modo imperativo, sus formas corresponden a la función apelativa de los mensajes. Las de subjuntivo e indicativo son propias de la función representativa, según Bühler.
La categoría de tiempo expresa la acción situándola en el pasado, presente o futuro, con relación al momento del discurso.
Solo se dan realmente en el indicativo, ya que la categoría futuro no parece existir en subjuntivo. Alarcos habla de dos tipos de relaciones:
- Una oposición entre formas que indican “tiempo realizado-tiempo no realizado” y que contrapone “pasado” a “presente-futuro”.
- Oposición que indica virtualidad del tiempo y que opone las formas de futuro a las de presente-pasado.
Por su parte, Bally distinguía entre
- Tiempo absoluto: el medido desde el momento en el que hablamos (las acciones se sitúan con anterioridad, simultaneidad o posterioridad). En español serían el pretérito perfecto simple, pretérito perfecto compuesto (anterioridad), presente (simultaneidad) y futuro simple (posterioridad).
- Tiempo relativo: se sitúa respecto a otro momento expresado en el discurso. En español serían todas las formas del paradigma, menos los absolutos.
La categoría de aspecto indica el modo o la manera de presentarse la acción verbal. Puede presentarse con indicación de término o sin ella, diferenciándose en el paradigma verbal las formas simples de las compuestas.
Las formas simples son imperfectivas. No indican término de la acción, salvo las del pretérito perfecto simple, que es perfectivo.
Todas las formas compuestas más el pretérito perfecto simple son perfectivas (presentan la acción como terminada).
Todos los verbos, por su significado, presentan la acción de un determinado modo: perfectivo, imperfectivo, reiterativo.
Se pueden expresar matices aspectuales a través de formas perifrásticas.
En cuanto a la categoría de voz, esta indica si el sujeto es interior o exterior al proceso del verbo, lo que da lugar a dos voces (activa y pasiva).
En la voz activa el sujeto gramatical realiza la acción del verbo. En la pasiva, el sujeto gramatical sufre la acción del verbo.
La voz pasiva se forma con la unión de un verbo auxiliar y un verbo auxiliado.
La diferencia entre la pasiva y las oraciones atributivas reside en el nivel del contenido:
- Cuando la base léxica del predicado se interpreta como adjetivo (como cualidad del sujeto), estamos ante una oración atributiva.
- Cuando la base léxica se interpreta como una forma verbal, estamos ante una oración pasiva.
Hay casos en que se admiten las dos interpretaciones (cuando el participio suele usarse como adjetivo). La interpretación depende del contexto.
El verbo auxiliar lleva los morfemas de tiempo, número, persona y modo. El auxiliado, el lexema.
La oración pasiva puede llevar expreso el sujeto agente de la acción (un sintagma precedido de preposición).
La pasiva refleja se compone del pronombre “se” y el verbo en forma activa.
Usos y estilística de las formas verbales
Distinguiremos las formas del indicativo, las del subjuntivo y las del imperativo.
El presente de indicativo indica acción inacabada, imperfectiva. El presente se opone a las demás formas simples del indicativo por no ser marcado respecto al pasado y al futuro, a causa de lo cual puede asumir las funciones propias de las marcadas. Presenta distintos valores en el habla.
- Valor de presente actual: expresa la acción en relación con el momento de la palabra. Para prolongar la duración se utiliza la perífrasis estar+gerundio.
- El presente habitual indica comportamiento usual, aunque no se esté desarrollando ahora.
- El presente permanente o gnómico es para expresar hechos o verdades cuya validez está fuera de todo límite temporal, de ahí que se emplee en definiciones o aforismos.
- El presente histórico lo usamos para hacer más vivos los relatos al acercarlos al momento actual.
- El presente con valor de futuro representa acciones que se realizarán después del acto verbal. Hay varias posibilidades:
- el contexto o la situación impiden equívocos por llevar un adverbio que indica acción futura
- en oraciones interrogativas, para solicitar un permiso, o bien cuando el hablante se pregunta a sí mismo
- con valor de mandato sustituye al imperativo
- en las oraciones condicionales, en las prohibiciones, hace referencia a una acción hipotética. En la apódosis comunica mayor viveza y es señal de mayor interés por parte del hablante.
Con respecto al pretérito imperfecto e indefinido del indicativo, el primero se emplea para la descripción del escenario en que sucede la acción principal (la cual va en indefinido) o bien de las acciones secundarias de la narración. El indefinido es el tiempo del primer plano y el imperfecto de los segundos planos.
El imperfecto sirve para describir acciones habituales (como en el terreno de la literatura, en que sirve para la descripción de hábitos y costumbres de los personajes). El pretérito perfecto simple o indefinido sirve para narrar acciones.
Algunos valores secundarios del imperfecto son:
- A veces se emplea en lugar del condicional para expresar una acción hipotética o irreal.
- El imperfecto de cortesía (de atenuación o modestia) se utiliza en lugar del presente (como en “Quería pedirle un favor”).
- El imperfecto de contrariedad es el modo de atenuar la contundencia del presente (“Ahora que estaba yo tan contenta, me das esa noticia”).
- Imperfecto de las narraciones infantiles para una acción imaginada.
El futuro simple indica lo venidero respecto al momento actual y tiene un aspecto imperfectivo porque da el hecho como no acabado. Tiene carga modal:
- futuro con valor de imperativo (de origen obligativo, “No matarás”)
- para expresar la suposición, conjetura de una acción en el presente, se emplea el futuro de probabilidad (“Tendréis hambre”)
- futuro de cortesía: se emplea para atenuar el presente
El condicional simple o futuro hipotético aparece en oraciones de sentido condicional. Expresa acciones que suceden en un tiempo posterior a la referencia del pasado (es un tiempo relativo, porque está en relación con otra forma temporal). En las subordinadas condicionales irreales aparece siempre en la apódosis. En las condicionales tiene valor de futuro hipotético. Presenta valores modales:
- El condicional puede indicar una probabilidad del pasado (“sería en primavera cuando…”)
- Expresión de la cortesía (“¿Podría escucharme un momento?”)
- El condicional de rumor es un uso incorrecto que se emplea en medios de comunicación cuando se ofrece una noticia de cuya veracidad se duda (“Según nuestras fuentes, habrían sido detenidas siete personas”)
El pretérito perfecto simple (“Canté”) se refiere a una acción realizada en un marco temporal que ya ha pasado para el hablante. El pretérito perfecto compuesto (“He cantado”) se refiere a una acción realizada en un marco temporal que aún no ha terminado para el hablante (se emplea junto a expresiones adverbiales que se incluyen en un presente).
El pretérito pluscuamperfecto expresa un tiempo pasado anterior a otro pasado. Indica una acción acabada.
El pretérito anterior (“hube cantado”) señala una acción inmediatamente anterior a otra acción también pasada.
El futuro compuesto o perfecto presenta una acción acabada en el futuro, anterior a otra también futura. Tiene un valor modal de probabilidad de que haya sucedido una acción en el pasado (“imagino que habrá vuelto”).
El condicional compuesto expresa futuro y aspecto perfectivo. Indica una acción futura respecto de un pasado, pero como resultado de una condición o una hipótesis. Tiene valor modal, expresa una posibilidad que cabe en cualquier época, pero dando el hecho como terminado (“Aunque dijera la verdad, yo no le habría creído”).
En lo que respecta a las formas de subjuntivo, recordemos que este es el modo de la subordinación porque suele aparecer en las proposiciones dependientes del verbo de la oración (“Quiero que vengas”). Puede aparecer en una oración independiente que señala deseo o duda. El subjuntivo presenta la acción como algo hipotético.
En cuanto a los valores temporales del subjuntivo, su valor predominante es modal. La única característica segura del presente de subjuntivo es que nunca se refiere al tiempo pasado.
El futuro es empleado en lenguaje jurídico y administrativo (“Las leyes no tendrán efecto retroactivo si no dispusieren lo contrario”), aunque en el habla está en desuso. Tan solo aparece en alguna expresión o refrán como “a donde fueres haz lo que vieres”.
Las formas compuestas de subjuntivo se caracterizan por un matiz aspectual perfectivo.
Con respecto al imperativo, solo hay dos formas específicas (canta/cantad). No existe la primera persona del singular. Otras formas son del presente de subjuntivo, el presente de indicativo, el futuro y el infinitivo.
Formas no personales del verbo: infinitivo, gerundio y participio
Las tres formas se diferencian por el aspecto verbal o manera en que se presenta el proceso verbal.
- El participio identifica la acción como un proceso terminado y tiene un aspecto perfectivo.
- El gerundio presenta la acción en su desarrollo, en su duración y tiene aspecto imperfectivo.
- El infinitivo presenta la acción en su tensión máxima. Tiene aspecto progresivo o de acción hacia el futuro.
Estas formas comparten las funciones de otras categorías gramaticales (infinitivo-sustantivo, gerundio-adverbio, y participio-adjetivo).
El infinitivo como sustantivo desempeña las funciones de este (sujeto, complemento directo,…). Posee siempre género masculino.
Como verbo admite sujeto y complementos. Tiene una forma compuesta y con el auxiliar “ser” pasa a formar construcciones pasivas.
Los infinitivos sustantivados pueden ir modificados por un adverbio (“quiso pasar rápidamente”).
Como verbo está extendido en construcciones exhortativas (“¡A dormir!”). Cuando va acompañado de las preposiciones a, para o por equivale a una oración final.
El gerundio como adverbio posee matiz modal, modifica al verbo al que acompaña.
Puede utilizarse en construcciones absolutas, expresando matices temporales, modales, causales,…
En construcción explicativa se refiere al sujeto de la oración principal, añadiendo algún matiz circunstancial (“Sabiendo que llegaba tarde, inventó una excusa”).
El participio admite variación de género y número, concordando con el sustantivo al que se refiere.
Las funciones del participio son las de complemento predicativo con el verbo ser y verbos intransitivos. En frase absoluta equivale a una oración circunstancial. Aparece en frase absoluta que normalmente se coloca al principio.
Acompañando a un sustantivo funcionan como adjetivos, aunque suelen tener significado temporal, causal o modal.
Posibilidades de expresión del tiempo y aspecto verbales
El tiempo verbal puede considerarse como absoluto, el tiempo medido directamente desde el momento en que se habla (como en “bebo”) y como relativo, el tiempo indirectamente medido (“habré bebido”). La distinción viene dada por el contexto.
Para expresar aspecto verbal, la lengua cuenta con las perífrasis verbales, que se forman mediante la unión de un verbo auxiliar y otro auxiliado, unidos por un nexo preposicional, por un “que” o sin que medie nexo entre las dos formas verbales.
Existen tres grupos de perífrasis verbales, según sea la forma del verbo auxiliado Verbo auxiliar + infinitivo, + gerundio, + participio).
La estructura de verbo auxiliar +infinitivo tiene un sentido general de acción dirigida hacia el futuro.
Hay varios grupos (modales):
- Perífrasis que expresan obligación (llamada tradicionalmente “conjugación perifrástica”). La más antigua es “haber de+infinitivo”.
“Haber que+infinitivo” se utiliza en construcciones impersonales. Presenta un matiz de necesidad.
“Tener que+infinitivo” expresa obligatoriedad de forma enérgica.
“Tener de+infinitivo” se usa solo dialectalmente.
“Deber+infinitivo” y “Deber de+infinitivo” se confunden muchas veces. La primera indica obligación. La segunda tiene matiz hipotético, de suposición, de conjetura.
- Perífrasis que indican algún matiz aspectual: reiterativo, incoativo, perfectivo,…
Tienen carácter incoativo (expresan el comienzo de una acción) “echar a + infinitivo”, “comenzar a…”, “empezar a…”
“Volver a” e “insistir en+infinitivo” tienen carácter reiterativo (expresan repetición de acciones).
Con matiz perfectivo hay varias perífrasis: “acabar de”, “llegar a”, “venir a” con infinitivo indican la terminación de la acción verbal.
Algunos verbos como “soler”, “poder” o “deber” (verbos modales) adquieren diferentes matices cuando se unen al infinitivo.
En la estructura de verbo auxiliar +gerundio, el gerundio da un matiz de acción durativa.
“Estar+gerundio” indica la prolongación de la acción.
“Ir + gerundio” añade a la acción durativa una idea de movimiento desde el presente, adquiriendo un sentido general de lentitud.
“Andar + gerundio” da una idea de movimiento, pero sin dirección fija.
“Seguir + gerundio” expresa continuidad de la acción (progresión en el presente).
Respecto a la estructura de verbo auxiliar con participio, este forma perífrasis de carácter perfectivo, que marcan la fase final de la acción verbal.
“Haber + participio” forman los tiempos compuestos de la conjugación en español.
“Tener + participio” resulta solo cuando el participio es verbo transitivo.
“Ser + participio” se utiliza para formar las oraciones pasivas.
“Estar + participio” tiene valor resultativo (“estaba tieso como un poste”).
“Dejar” o “llevar” +participio son perífrasis de carácter perfectivo, como en “Dejó escrito un libro”.