El atributo
(Nueva Gramática 2010)
El atributo es la función desempeñada por grupos sintácticos cuyo contenido se predica, a través del verbo, del referente denotado por un grupo nominal o una oración sustantiva. La atribución se realiza en distintos tipos de construcciones:
- Con los verbos copulativos “ser”, “estar” y “parecer”, que poseen escaso contenido léxico y que sirven de unión entre una predicación no verbal y el sujeto (“Esta persona parece tranquila”). Estos atributos pueden ser sustituidos por el pronombre neutro “lo” (“Esta persona lo parece”).
- Con verbos semicopulativos. Son verbos plenos que, al recibir el atributo, modifican su significado y sus propiedades gramaticales (así podemos diferenciar el semicopulativo “anduvo triste todo el día” del pleno “anduvo todo el día”). Estos atributos rechazan la sustitución por el pronombre “lo”.
- Con verbos plenos, dotados de significado léxico cuya estructura argumental no requiere la presencia de un atributo (“Ingresó en la carrera de ingeniería muy bien preparado”), el atributo recibe el nombre de complemento predicativo.
- En estructuras absolutas (como “Terminada la fiesta, todo el mundo regresó a casa”) y en algunos enunciados sin verbo (por ejemplo, “Obama, Presidente”).
- En algunas estructuras nominales, el atributo se puede relacionar con el grupo nominal con el que concuerda a través de un sustantivo (como por ejemplo en “búsqueda del asesino, vivo o muerto”).
Los atributos pueden dividirse en adjetivales, nominales, preposicionales y adverbiales. También pueden ser atributo distintas oraciones subordinadas:
- Los atributos adjetivales son los más característicos (“El cliente parecía satisfecho”), aunque no todos los adjetivos admiten esta función (“El culpable es presunto”).
- Los atributos nominales se combinan fácilmente con “ser” y “parecer” (“Virginia es enfermera”) y con los verbos semicopulativos “hacerse”, “resultar” y “volverse”, pero rechazan el verbo “estar” y algunos semicopulativos.
- En los atributos preposicionales el término nominal de la preposición suele concordar con el sujeto (como en “Ellos saldrán de delanteros”).
- Entre los atributos adverbiales encontramos muchos adverbios de modo, también el interrogativo “cómo” y algunos locativos (“arriba”, por ejemplo).
- Como atributos oracionales pueden funcionar las subordinadas sustantivas que aparecen en definiciones y explicaciones (“ser famoso es que te pidan autógrafos”) y algunas relativas (“Soy como me imaginé”).
El atributo concuerda con el sustantivo y con el verbo:
Con el sustantivo el atributo adjetival concuerda en género y número (como en “los alumnos estaban nerviosos”). También implícitamente con el sujeto de los infinitivos (“Julia prefería estar sola”). Los atributos nominales concuerdan de la misma forma, salvo si el sustantivo no tiene flexión genérica (por ejemplo, en “la reunión fue un fracaso”). Los pronombres que sustituyen a los atributos muestran género neutro (“Parece insegura, pero no lo es”).
A veces, en una oración copulativa con “ser”, el verbo parece no concordar con el sujeto, sino con el atributo. Ocurre sobre todo cuando el sujeto es un pronombre o está encabezado por el artículo neutro (“Lo anterior son malas noticias”).
El atributo puede construirse con “ser” y “estar”, pero también con “parecer”. Debemos mencionar también en relación al atributo la existencia de verbos semicopulativos.
Los atributos que se construyen con “ser” suelen designar propiedades que caracterizan a los individuos independientemente de la situación (por ejemplo, “es zurdo”). Los que se construyen con “estar” se refieren a estados transitorios (“Está alegre”). Por ello, los atributos con “estar” exigen una vinculación temporal (“Está alegre esta mañana”).
“Estar” es el verbo más adecuado para los atributos que sitúan algo en un lugar (“El trabajador está en su puesto”). Se emplea “ser” cuando se sitúan en el espacio o en el tiempo acciones o sucesos (“La reunión es aquí”).
Cuando el atributo es un grupo nominal, normalmente se construye con “ser”. Pueden ser de dos clases:
- Caracterizadoras o adscriptivas: se dice a qué clase pertenecen los seres (“Julia es profesora”). Puede sustituirse por “lo” (“Julia lo es”) o por un demostrativo neutro (“Julia es eso”).
- Identificativas o ecuativas: expresan la identidad de personas o cosas. Se sustituye por demostrativos no neutros (“Mi abrigo es el verde”>”Mi abrigo es este”).
Las más habituales son las oraciones copulativas con atributos adjetivales. Se construyen con “ser” o “estar” según su significado:
- Con “ser”: los adjetivos de relación que pueden ser atributo (“político”), los que expresan verdad o certeza (“evidente”), los que expresan frecuencia o infrecuencia (“habitual”), los de valor causativo (“preocupante”), los de naturaleza evaluativa que admiten subordinadas sustantivas como sujeto (“Está feo que yo lo diga”).
- Con “estar”: los adjetivos formados sobre antiguos participios (“lleno”), los participios que expresan el resultado de un proceso de cambio (“herido”).
En algunos casos, hay cambios de significado según se construyan con “ser” o “estar” (“ser guapo” frente a “estar guapo”).
Con respecto al verbo “parecer” este puede ser copulativo, pero también tener otros usos.
- Verbo copulativo (como “ser”): se construye con atributo nominal, adjetival o preposicional (“Parece segura de sí misma”). Se puede sustituir por el pronombre neutro “lo”.
- Auxiliar de una perífrasis (como “poder”).
- Verbo introductor de una aserción: “Parecer” puede construirse con una oración subordinada sustantiva introducida por “que”, como en “parece que no viene”. La subordinada actúa como sujeto.
En los verbos semicopulativos se distinguen tres tipos: de cambio, de permanencia y de presencia de estados.
- Los verbos de cambio denotan el paso de un estado a otro. Son verbos como “volverse” o “ponerse” (el primero equivaldría a “ser” y el segundo a “estar”).
- Los verbos de permanencia, persistencia o continuidad indican que una situación está vigente. Son verbos como “andar” (“Ando despistada”) o “permanecer” (“Permaneció callada”).
- Los verbos de manifestación o presencia de estados o propiedades son verbos como “encontrarse” (“Aquella mañana se encontraba enfermo”) o “presentarse” (“La situación se presenta complicada”).