Con este nombre se conoce a doce poetas ecuatorianos, nacidos entre 1971 y 1973. El nombre se debe a una antología prologada por Federico Díaz Granados. Según cuenta, conoció en un encuentro de escritores al poeta Xavier Oquendo Troncoso, que le habló de los jóvenes poetas de Ecuador.
Conocidos también como “Generación del nuevo desencanto”, comparten su mirada sobre el mundo, el deseo de rigor poético y la fraternidad como escudo ante la adversidad.
Las antologías en que se han recogido poemas de estos autores muestran la crónica vital de quienes vieron entre la década de los 80 y de los 90 del siglo XX cómo caían muros y utopías. La respuesta ante los cambios de esa época fue el escepticismo en sus poemas.
Los doce poetas que componen este grupo son Sandra de la Torre, Pedro Gil, Juan Secaira, Freddy Peñafiel, Xavier Oquendo Troncoso, Franklin Ordóñez, Ana Cecilia Blum, Marialuz Albuja, Carlos Garzón, Julia Erazo, Gabriel Cisneros y Carmen Inés Perdomo.
Todos ellos han recibido premios por su labor poética.
Sandra de la Torre, por ejemplo, recibió el Premio Paralelo Cero. Además de poeta, es dramaturga y guionista. De ella se ha dicho que cuando cierra los ojos no es para dormir, sino que lo hace para crear personajes, que es casi como “crear un dios en medio de tanta inclemencia”:
Demasiados
los almuerzos
vividos en la casa
sin ramos de rosas
solo
delirios.
Pedro Gil publicó su primer poemario, Paren la guerra que yo no juego, en 1990. El libro surgió a partir de la guerra entre Estados Unidos e Irak. En general, su poesía se caracteriza por mensajes directos y profundos:
avanzar y esperar,
vivir hasta que a Dios le dé la gana.
nadie mancille
mi dignidad de miserable.
Juan Secaira ha escrito narraciones, ensayos y poesía. Entre esta última podríamos destacar el poemario Construcción del vacío, publicado en 2009:
La piel como una manta apretada
cobija los huesos, los latidos
y, con esfuerzo, alberga un origen, un embrión.
Freddy Peñafiel es periodista además de poeta. Su primera obra en este campo fue Del amar, de la mar, publicado en 1995. Sus poemas han sido incluidos en diversas antologías, tanto ecuatorianas como internacionales:
escondidos dentro de un libro
mis versos te esperan
se acomodan los bigotes
se regodean
En la obra de Xavier Oquendo Troncoso podemos destacar su primer poemario, publicado en 1993, Guionizando poematográficamente. También las obras Después de la caza (1998) y Esto fuimos en la felicidad, de 2009, que recibió una mención como mejor libro de poesía del año en Quito. Quizá pueda ser considerado el autor más importante del grupo por su proyección, ya que ha representado a su país en varios actos y encuentros poéticos internacionales (entre otros países en España, México y Colombia). Es editor de revistas literarias y su poesía ha sido traducida al italiano o al inglés:
Quiero encontrar el lugar
donde ubicarme.
Entro en la vecindad
de voces que me dicen:
ve a buscarte lejos,
en los andenes de las penas,
ve a ponerte en fila con los astros;
deja el poema un rato,
y reconoce los olmos.
Franklin Ordóñez por su parte es el autor de Mapa de sal, publicado en 2001. Su obra además ha aparecido en diversas antologías. En su poesía se puede observar que el ser humano está condenado a la destrucción, pero la salvación puede venir a través de la palabra:
Vale la pena haber nacido / solo por oír pasar el viento, dice Pessoa.
Yo prefiero las cadenas de tus labios,
Tus manos como garras,
Tu esperma por mi sangre.
Ana Cecilia Blum es poeta y ensayista. Su primer poemario fue Descanso sobre mi sombra, publicado en 1995. De ella, Xavier Oquendo Troncoso dijo que “su poesía marcó el ritmo de la novísima expresión poética de América latina: novedad, precisión y síntesis”:
Inúndame de levedad. Acuéstate, estírate, riégate.
Contigo no importa de dónde vengo, hacia dónde voy
o de las hojas secas que están hechos los huesos.
Marialuz Albuja publicó su obra Las naranjas y el mar en 1999. La pendiente imposible, de 2008, recibió el premio del Ministerio de Cultura de Ecuador. Su obra ha sido parcialmente traducida al inglés, al portugués y al francés:
Hoy sé que de nada me sirve nombrarte.
Te has ido temprano
y el sol, bajo el agua, se deja morir.
Carlos Garzón es pintor además de poeta. Es autor de Erial y Mínima antología personal. Garzón aboga por un efectivo intercambio cultural entre los países que hablan español, de manera que se llegue a conocer a más autores, aunque no formen parte de los cenáculos de “elegidos”:
¿Hacia qué miserables campos del honor
nos aventuramos los poetas?
Julia Erazo es periodista y poeta. Sus textos han aparecido en varias revistas literarias. En 2008 publicó Imágenes de viento y de agua y en 2012 Mi verano en tus alas:
empieza a desear ser barco y no trampa
ser viaje y no jaula
ser viento y no vacuo frenesí
Entre las obras de Gabriel Cisneros destacan Ceremonias de amor y otros rituales (de 1996), El otro dios que soy yo (de 2004) o Para justificar el aire en los pulmones (de 2009). El trabajo de Cisneros ha sido catalogado como serio y constante. Además destaca en esta figura que poema y poeta son uno en la dualidad, ya que la poesía de este autor parte de su vida misma:
De nosotros
tal vez quede un verso
Carmen Inés Perdomo es periodista además de autora de los poemarios Silencio en llamas, de 2005, y Naufragio del canto, de 2008:
El camino hacia la aurora es un deseo amargo,
cuando potros sin riendas se desbocan en penumbra.