En Historias extraordinarias, concretamente en el relato Racha de suerte (Cómo me hice escritor), Roald Dahl (1916-1990) señala algunas de las cualidades que debería poseer o tratar de adquirir alguien si desea convertirse en escritor de ficción:
1.- Debe tener una imaginación viva.
2.- Debe ser capaz de escribir bien. Debe ser capaz de hacer que una escena cobre vida en la mente del lector. No todo el mundo posee esta habilidad. Es un don que sencillamente se tiene o no se tiene.
3.- Debe tener resistencia. Debe ser capaz de seguir con lo que hace sin darse jamás por vencido, hora tras hora, día tras día, semana tras semana y mes tras mes.
4.- Tiene que ser perfeccionista. Nunca debe darse por satisfecho con lo que ha escrito hasta que lo haya reescrito una y otra vez, haciéndolo tan bien como le sea posible.
5.- Debe poseer una gran autodisciplina. Trabaja usted a solas. Nadie lo tiene empleado. Nadie lo pondrá de patitas en la calle si no acude al trabajo y nadie le reñirá si hace usted el vago.
6.- Es una gran ayuda tener mucho sentido del humor. Es esencial cuando se escribe para adultos, pero de vital importancia cuando escribe para niños.
7.- Debe tener cierto grado de humildad. El que piense que su obra es maravillosa, lo pasará mal.