Los adjuntos son modificadores opcionales, no previstos en el significado del núcleo de la oración. Inciden sobre diferentes categorías léxicas y los grupos que forman. Se oponen a los argumentos, que sí están previstos en el significado de su núcleo.
Existe una serie de adjuntos que se sitúan en una posición más externa que los complementos circunstanciales: los tópicos, los adjuntos del enunciado y los adjuntos de la enunciación.
Los tópicos son elementos del mensaje aislados mediante pausas, de forma que acotan el marco, el punto de vista o algún otro rasgo necesario para interpretar adecuadamente el enunciado (por ejemplo, “Científicamente, es un objetivo utópico”). Tienden a ocupar la posición inicial de la secuencia y quedan fuera de las interrogaciones y exclamaciones. Pueden aparecer también en una posición medial, como en “El negocio, económicamente, era desastroso”.
Estos adjuntos periféricos se diferencian de los complementos circunstanciales por las siguientes características:
- Aparecen separados del resto de la oración por pausas (Lógicamente, es una falacia)
- Rechazan los pronombres interrogativos. Así “En Cancún, descansa” es una petición y no responde a “¿Dónde descansa?”, frente a “Descansa en Cancún” que sí respondería a ese “Dónde”.
- Rechazan las relativas enfáticas. En el ejemplo anterior “En Cancún es donde descansa” realza el circunstancial, pero no el adjunto periférico de “En Cancún, descansa”.
Los adjuntos del enunciado expresan un juicio o una valoración del hablante respecto del enunciado, como en “Afortunadamente, todos llegaron a tiempo” o en “Injustamente, fueron eliminados del torneo”. Admiten paráfrasis mediante una oración atributiva (“Es una injusticia que fueran eliminados” o “Es una suerte que todos llegaran a tiempo”).
Los adjuntos de la enunciación o de verbo enunciativo son los adjuntos más externos, ya que no modifican al predicado de la oración, sino al acto de enunciación. Se comunica la actitud del hablante hacia sus palabras (como en “Sinceramente, no me gusta”).
Existen diferentes tipos de adjuntos de la enunciación o de verbo enunciativo, varios de los cuales corresponden a distintas clases de subordinadas:
- De modo: se concretan en expresiones como “francamente”, “sinceramente”, “lisa y llanamente”, etc. Preceden a los adjuntos del enunciado y a los tópicos y se articulan con entonación descendente.
- De tiempo: como “una vez más”
- De causa: en un ejemplo como “Están en casa, porque hay luz” el que haya luz es la causa por la que se dice que están en casa.
- De concesión: en “Aunque no me creas, no fui yo” la concesiva no afecta al predicado sino al acto de decir (“aunque no me creas, digo…”)
- De condición: cuando la condicional incide sobre el verbo enunciativo implícito, como en “Si me permites, yo no estoy de acuerdo”> “Si me permites, digo…”
- De finalidad: el adjunto recae sobre la enunciación, como en “Para que te enteres, ese no es el vecino” (“para que te enteres, digo…”)